lunes, 29 de diciembre de 2014


La Mensajera
Llegó a la puerta de mi casa puntual como siempre. Traía en la mirada un aire de nostalgia. Sin mediar palabras la dejé entrar. No había otra opción. No podía negarme a recibirla. No había forma de evitarlo. Las palomas blancas que siempre la acompañaban volaron desde sus hombros hasta el respaldo de una silla y desde allí nos observaron a ambas. Se la notaba cansada. Venía de tierras remotas trayendo entre sus manos, mensajes desconocidos. Su viaje hasta mi casa era largo mas nunca se retrasaba.
Sobre la mesa ya había preparado de antemano los balances del año que estaba por finalizar, deudas del alma saldadas, algunas con fecha de vencimiento postergadas, otras con saldo a mi favor. También estaban los mensajes correspondidos con amor y otros que nunca habían obtenido respuestas. Una extensa lista de agradecimientos y otra tan extensa de reclamos. En fin, todo estaba dispuesto para el rutinario intercambio anual.
La Mensajera tomó lo que era suyo, me miró de soslayo mientras las palomas volvían a apoyarse sobre sus hombros. Luego, me sostuvo las manos y sin dejar de mirarme, me entregó mi lista de pendientes para el año nuevo que estaba pronto por llegar. Antes de marcharse, me besó en la frente, señal que volvería a verme dentro de doce meses.
29 de Diciembre, 2014.
Silvana Alexandra Nosach
Fotografía: “La Mensajera” de Aleksandra Krstic
https://www.facebook.com/aleksandra.krstic.129?fref=photo

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